Algunos rasgos lingüísticos y de uso del primer y segundo idioma en la adolescencia
Como en muchos otros momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje, en la adolescencia el alumnado busca participar de 'la vida vida' y lo hace con todo aquello está a su alcance, con las herramientas que le procura su época y, de una manera muy especial, con el lenguaje .
Uno de sus mayores intereses es localizar respuestas a los interrogantes que el intenso proceso de crecimiento suscita en él o en ella, y esa inquietud ejerce -cuando se libera- como potente motor de búsqueda y de construcción de conocimientos.
Son, por tanto, edades en las que las experiencias y vivencias en materia educativa resultan decisivas en el desarrollo de competencias lingüísticas y comunicacionales tanto en lengua materna como en lengua extranjera.
Las promociones de alumnado que hoy asisten a las instituciones de este entorno han crecido en la Sociedad de la Información y el Conocimiento, y viven envueltas -de manera natural- en una nueva forma de enfocar la comunicación, las relaciones personales y los intercambios lingüísticos con una clara presencia en textos de diferente tipo del inglés. La acción en el seno de grupos de iguales establecidos por afinidad, así como el tratamiento de los diferentes soportes textuales multimedia están en la base de sus intereses, dos circunstancias de enorme interés para el profesorado de lengua extranjera, y cuya utilización didáctica es enormemente rentable.
Las nuevas tecnologías y el uso de lo audiovisual y de la escritura digital, están presentes –junto con la oralidad y la música- tanto en el tiempo de ocio del alumnado como en el de estudio, sin distinciones, probablemente porque asumen su pertenencia a un paradigma ecológico-contextual de manera inconsciente, el paradigma cibernético del siglo XXI.
Lo global y el inglés como lengua de intercambio les acercan al conocimiento de otras culturas de las que probablemente deseen participar antes que ser meros espectadores.
Hoy, afortunadamente, el entorno familiar inmediato y los centros educativos también se transforman en este sentido.
El adulto, docente, padre o madre, participa de estas nuevas realidades y junto al uso de soportes textuales convencionales - como el preciado periódico, el insustituible libro de bolsillo o la encuadernación magistral- ha ido incorporando a sus habilidades y destrezas el uso de la tecnología digital multimedia aunque aplicada, fundamentalmente, al ámbito laboral.
En cambio, la o el adolescente no suelen conectar el ordenador para trabajar sino, sencillamente, para establecer o mantener relaciones sociales y para escuchar música.
Jóvenes y adultos sean estos el profesorado o las familias, se encuentran así compartiendo nuevas formas de abordar lo lingüístico y de perfeccionar su competencia comunicativa aunque con diferentes grados de implicación y expectativas diversas.
Esto permite, tanto a nivel académico, como desde lo lúdico, el desarrollo de nuevas y creativas iniciativas en el terreno educativo en las que lo actitudinal y lo conceptual caminen de la mano.
domingo, 8 de marzo de 2009
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